Dividida en seis partes y éstas a su vez en apartados, Las Esquinas Oscuras perfilan apenas los temas tantas veces reiterados, vividos por los personajes de Galindo de obras anteriores Nos asomamos a la ausencia del amor paterno, recorremos con temor y profunda oscuridad los pasillos internos de una niñez marcada. Laureano Jáuregui, ya adulto, de 45 años, soltero, solitario, una mañana empieza a desconcertar a la servidumbre en el desayuno, sólo repite como consigna “pájaro, escopeta, pum”; los recuerdos de su infancia, abandonada como una muñeca fea escondida por los rincones, son como grabaciones constantes que se repiten en su memoria… “Pájaro, escopeta, pum” …la novela se queda en puntos suspensivos en noviembre de 1985… “pájaro, escopeta, pum” …es el año del terremoto, la demolición de edificios, la desnudez de la corrupción a flote y el imbatible espíritu de la sociedad que se reconstruye desde sus entrañas derruidas… “pájaro, escopeta, pum” y Laureno repite en la mañana sólo tres palabras que empiezan a vislumbrar tal vez el rompimiento de ataduras… “pájaro, escopeta, pum” …las revoluciones en la mayoría de las veces encuentran sus cauces en la rebelión y los ríos de sangre, el rompimiento de esquemas necesarios para construir nuevos modelos… “pájaro, escopeta, pum”…¿qué destino habría pensado Sergio Galindo para Laureno y la familia Jáuregui? La historia se quedó en la página 86, el derrumbe moral de los personajes es evidente pero… la novela ha quedado inconclusa… “pájaro, escopeta, pum”…
Il n'y a pas de commentaire pour ce titre.