En la historia de la literatura, Joaquim María Machado de Assis (1839-1908) es un caso singular. Proveniente de una familia humilde de Río de Janeiro, nieto de esclavos, mulato, epiléptico y tartamudo, Machado fue un completo autodidacto, lo que no le impidió convertirse en el más grande autor brasileño del siglo XIX, ni fundar ni presidir la Academia Brasileira de las Letras. Autor de libros notables, gozosos y excéntricos como las Memorias póstumas de Brás Cubas, Quincas Borba, Don Casmurro o Essaú y Jacobo, fue también un cuentista del nivel de Maupassant y Chéjov, sus contemporáneos. Resurrección (1878) es su primera novela, hasta hoy inédita en español. En ella Machado narra la biografía del Dr. Félix, un diletante enormemente orgulloso, mujeriego, narcisista, cuya obsesión por encelar y probar a Livia, su enamorada, parece ser el único motor de su existencia. Desapegado de todos y de todo, aunque suele estar rodeado de gente, Félix no siente especial aprecio por sus amigos ni especial cariño por las mujeres. A menos, por supuesto, que hacerles la vida imposible sea lo mismo que quererlas. Para el escritor mexicano Eduardo Langagne, autor de esta traducción, "el argumento de Resurrección daría material suficiente para cualquier filme contemporáneo. En su esencia, Machado de Assis captó el drama que rodea a las relaciones amorosas, sus dudas y sospechas, y la catástrofe a la que conduce la incapacidad de anteponer el orgullo individual a la tranquilidad del ser amado". Machado consiguió crear aquí una convergencia dichosísima entre la indagación psicológica y el análisis social, y construyó un primer lugar estratégico a partir del cual la literatura brasileña pudo empezar a pensar en el presente del mundo.
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