El Síndrome de alienación parental : Una herramienta acientífica que desprotege a los menores en el sistema de justicia.

Bibliografía: páginas 183-200.

Cuando se produce la ruptura familiar o divorcio, el juez, a falta de acuerdo entre ambos progenitores, es el encargado de establecer tanto la guarda y custodia como el régimen de visitas de los hijos menores con respecto a sus progenitores. En esta toma de decisión, el juez, puede escuchar directamente al menor o hacerlo a través de los informes que emiten los órganos técnicos adscritos a los Juzgados, los denominados Equipos Psicosociales. El valor que el juez le da al testimonio del menor y las valoraciones profesionales que los Equipos Psicosociales vierten sobre el menor en los informes que emiten al Juzgado, van a depender del concepto de credibilidad del menor que éstos tengan respectivamente. Cuando se habla de la credibilidad del menor, en estos contextos de ruptura familiar, el concepto del Síndrome de Alienación Parental se sitúa en el epicentro de tales cuestiones. Este pretendido síndrome, se construye sobre la desacreditación sistemática del testimonio de los menores. El Síndrome de Alienación Parental aparece en la literatura en 1985 de la mano del psiquiatra estadounidense Richard Gardner. A partir de ese momento, nace una forma de interpretar las relaciones entre los progenitores en litigio por la guarda y custodia o el régimen de visitas de los hijos, que va centrar su atención en la falsedad y facilidad de manipulación del testimonio de los niños. Gardner sostiene que en los contextos de disputa por la custodia de los niños, éstos desarrollan un trastorno infantil, cuyo primer indicador o síntoma es la campaña de denigración injustificada por parte del menor contra uno de sus progenitores. Según Gardner, esta campaña de denigración, está causada por la manipulación que un progenitor realiza sobre el menor para que vilipendie y rechace al otro progenitor.